En mi trabajo acompaño a las personas a conectar con el sentido de vida, tomar decisiones con sentido y resignificar el sufrimiento y el dolor.
Después de más de 20 años en cargos gerenciales, decidí darle un giro de 180 grados a mi vida.
Encontrar mi propósito y salirme de mi zona de confort y alejarme de todo aquello que conocía no fue fácil. Desde ese momento me dedico a lo que más amo, ayudar a las personas a encontrarle el gusto a la vida.