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¡Vale la pena vivir!

«Nuestra historia no es un destino. Nada queda escrito para siempre. Los sufrimientos nos obligan a metamorfosearnos y nunca perdemos la esperanza de cambiar de manera de vivir.» Boris Cyrulnik

Muchas veces me enredo pensando un tema para el blog.  No se me ocurre algo interesante, inteligente, necesario y atrayente para que las personas que me leen por casualidad puedan beneficiarse en algo de mis palabras y se animen a la vez a compartir sus pensamientos y ayudar a mi formación personal con su sabiduría.

Y hoy precisamente, pensando de esta manera, de repente la palabra AGRADECIMIENTO llegó a mi cabeza.  Es algo sencillo.

La vida no tiene que ser complicada ni tenemos que demostrar lo que sabemos y valemos todo el tiempo.  La mayoría de las veces lo más simple es lo más significativo.  Y ser agradecido es una «simple actitud de vida».  No es lo mismo que dar las gracias, que aunque es muy importante, muchas veces lo reducimos a una norma de cortesía, -que dicho sea de paso deberíamos practicar constantemente-, pues todo el tiempo estamos recibiendo favores, cosas, gestos y hace mucho bien esa palabra… “gracias”, para animar al otro también a ser servicial, a entregar algo de sí mismo, a dar sin esperar a cambio, tan solo el puro agradecimiento.

Pero ser agradecido como actitud de vida es mucho mas que dar gracias, debe salir del corazón ❤️, debe ser intencional y consciente.

Es levantarnos cada día sabiendo que podría ser el último y agradecer la oportunidad de la vida aunque sea por un minuto.  Es vivir aprovechando cada segundo para hacer algo valioso por los demás y por nosotros mismos.  Ser agradecidos es reconocer nuestras emociones y aceptarlas, porque son las que nos ayudan a percibir el sentido en nuestra vida.  Es vivir al máximo, sabiendo que estar alegres, tristes, con rabia o con miedo es estar vivos.  Es reconocer que en el caos mañanero se nos ha dado la oportunidad de disfrutar a nuestros hijos, nuestra pareja… ¡donde hay vida hay desorden!

Interiorizar que cada vez que saludamos a una persona o tenemos la oportunidad de hablar con alguien podemos hacer de esa ocasión un encuentro maravilloso de dos personas que comparten humanidad, igual dignidad, con aciertos y errores.

Muchas veces las cosas no van bien y nos sentimos desanimados.  No encontramos la forma de ser agradecidos porque la vida nos cuestiona con sufrimientos y pérdidas que no logramos descifrar.  No logramos ver el propósito de lo que nos sucede, el para qué del dolor y las penas.  ¡Así es difícil ser agradecidos!

Pero si mantenemos una disposición del corazón ❤️ abierta a la posibilidad, al aprendizaje, de pronto logremos ver mas allá del momento presente, como la luz al final del túnel.  Saber que por difícil que sea la situación, algo bueno saldrá de ella y si logramos con paciencia sobrellevar la tormenta ⛈, los momentos de calma llegarán con nuevas oportunidades de desarrollo y crecimiento.

Y así será posible continuar con la actitud agradecida de vida, pues si la vida no nos cuestiona, el confort no nos permite evolucionar y crecer.  La angustia es necesaria, es la expresión de la tensión que hay entre lo que es y lo que debería ser. Y de ahí es de donde salen las grandes ideas💡, los momentos más significativos, los encuentros más profundos, las enseñanzas y todo lo valioso de la vida.  Para que al final, cuando nuestro tiempo terrenal termine, podamos decir que nuestra vida valió la pena ser vivida.

Algunos tips para entrenarnos en ser agradecidos y encontrar sentido en la vida:

  • Apreciar lo más sencillo y cotidiano, el clima, sentir frío o calor, podernos levantar, el café de la mañana…..no dar nada por sentado, pues mañana podría o estar ahí. Ser conscientes de nuestro entorno presente, de los detalles.
  • Enfrentar cada problema primero dando gracias por tenerlo, reconociendo que siempre traerá algo bueno y abriéndonos a la posibilidad del aprendizaje.  Si la vida nos cuestiona, nos da la oportunidad de responderle, de vivir.
  • Adoptar una actitud agradecida ante la vida y ante los demás. Todo lo que recibimos es ganancia.  Nadie es merecedor de nada, ni nadie se hizo solo.
  • Ver en cada persona que cruza nuestro camino, así sea por un breve instante, un ser humano que aporta a nuestra existencia, agradecer su presencia y tratarlo con la importancia que podría tener aunque no lo sepamos en ese momento.

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