Saltar al contenido

Reconocer nuestro valor y poner límites en un mundo de estereotipos

He estado pensando últimamente en lo confundidas que nos encontramos muchas mujeres cuando hablamos de nosotras mismas.  Cómo hemos dejado que diferentes ideologías, modas, pensamientos, grupos, en fin personas de «fuera», nos digan lo que debemos hacer, los roles que debemos desempeñar, la forma en como debemos vestir y comportarnos, lo que debemos desear, a lo que debemos aspirar laboralmente y muchos otros «deberismos» que no siempre son los que sentimos y realmente queremos para nosotras.

“Cada vez que se encuentre usted del lado de la mayoría, es tiempo de hacer una pausa y reflexionar” 

 

Mark Twain

Si hablamos de igualdad, terminamos haciendo doble trabajo, el nuestro y el de ellos. O terminamos renunciando, no siempre por voluntad propia, a lo que es propio nuestro.  No logramos ver claramente la diferencia, que nos hace valiosas; igual de valiosas que los hombres, sin tener que convertirnos en ellos sino apreciando lo propio nuestro. Dando a cada quien su lugar, compartiendo vidas.

Hay mucho que se espera de nosotras, que seamos buenas esposas, buenas madres, buenas trabajadoras, que luzcamos siempre lindas, tonificadas, jóvenes y esbeltas.  Pero creo que al final, lo único importante es lo que nosotras esperamos de nosotras mismas, y es ahí donde radica el gran problema, pues esperamos a veces demasiado.  La perfección total para demostrar que todo lo podemos. 

Por estar controlando todo,  no somos capaces de decir NO, ni de poner límites y terminamos exhaustas, enfermas y con todo a medio hacer.  Sintiéndonos culpables por las decisiones de los demás, por los fracasos de nuestros hijos o de nuestro matrimonio y ¿para qué?  ¿Vale la pena tanto esfuerzo?

Creo que lo más importante es que empecemos a vernos con otros ojos; que empecemos a mirar hacia nuestro interior cada dia, a valorarnos como mujeres, a amarnos y cuidarnos.  Debemos empezar paso a paso, dejando de lado tantas obligaciones sin remordimientos.  Si logramos cuidarnos, conocernos y querernos podremos dar lo mejor de nosotras a los demás y al mundo.  Dejar el quehacer frenético y vivir conscientemente. Necesitamos una autoestima alta, estar seguras de nuestro valor como seres humanos, conocer nuestras vulnerabilidades y aceptarlas para aprender de ellas con el coraje que supone saberse humano e imperfecto.  Sólo si nos reconocemos valiosas, podremos dejar de lado lo que piensen los demás, vivir y hacerlo todo por convicción, pedir ayuda cuando la necesitamos, dejar que nuestras parejas ejerzan sus funciones.

 
No poder con todo… está bien; sentirnos cansadas… está bien; tener cambios hormonales… está bien;  lo malo está en no reconocer y tapar, esconder.

 

No se trata de controlarlo todo y morir en el intento con una enfermedad autoinmune, crónica o terminal.  Se trata de vivir y gozártelo.  Sé que es más fácil hablarlo que practicarlo, pero también estoy convencida que es la única forma de ir cambiando nuestro lugar como mujeres, e ir educando las futuras generaciones diferentes para hacer realidad el ser reconocidas en nuestra verdadera dignidad de seres humanos. Que todo lo que hagas, sea por decisión propia y no siguiendo estereotipos impuestos por la sociedad.

Te invito a reconocerte hoy como mujer, con tus valores, con tus debilidades y fortalezas y te invito a tener el verdadero coraje de vivir de forma auténtica, mostrándote con todo aquello que te hace luz y sombra; agradece todo lo que te hace tan especial para aportar al mundo tu originalidad, tu unicidad y dejar huellas valiosas en los demás.

A %d blogueros les gusta esto: