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Hablemos de valores y actuemos por convicción

Qué es lo valioso y cómo lo integro a mi vida (emoción y razón)

De valores se ha hablado siempre.  Recuerdo en el colegio tener clase de ética y valores una vez a la semana, o tal vez dos.  Si sumamos las clases de filosofía, las de urbanidad, las de religión, creo que la formación en valores era bastante extensa.  En mi casa se vivían también, la honestidad, la espiritualidad, la laboriosidad, el respeto a los padres, el hablar correctamente etc…

Y creo que así fuimos educados la mayoría en mi generación.  Hoy en día también hay charlas, extracurriculares, y cantidad de escuelas de formación donde los valores son el tema central.  Entonces me pregunto, ¿qué es lo que sucede con todo lo enseñado para que veamos tanta corrupción, tanta violencia, tanto robo de todo tipo?  ¿Que ha pasado para que no podamos confiar en que el otro dice la verdad? ¿Qué ha pasado para que no pongamos lo mejor de nosotros en el trabajo, en la familia, y la sociedad?

También me acuerdo que en todos los tiempos el tema resultaba tedioso y era como hablar de «religión» a lo que muchos sacaban el quite diciendo que eran ateos.  ¿Y es que lo valioso no nos atañe a todos por ser humanos únicamente?

De acuerdo con lo que opina el Dr. Efrén Martínez en su excelente libro «Hazte dueño de ti’ (Martínez, 2019) los valores son de lo más cotidiano, pero los hemos entendido únicamente como éticos o morales.  Y estos son importantes, -muy importantes-, pero no son los únicos.  A veces al pensar en valores tan elevados como la honestidad, el respeto, la reverencia a lo sagrado, lo que hacemos es ponerlos en un plano que no nos toca físicamente y aunque los tenemos muy presentes y son como nuestra hoja de ruta, hay otros que nos llevan a actuar por convicción en el día a día.

Los valores, según como nos lo define muy sencillamente el Dr. Martínez, son cualidades independientes de los objetos, las situaciones, las personas, las circunstancias y las acciones en donde habitan para poder ser captados por la persona que valora. Estos bienes pueden ser ideales o reales, es decir, pueden ser ideas, proyectos, personas que valoramos entrañablemente, situaciones que vivimos y nos marcan, objetos que nos recuerdan tiempos vividos intensamente etc… 

De aquí se deducen varias cosas importantes.  Cada persona valora las cosas de manera diferente, influida por sus vivencias, por sus principios, por el impacto que han tenido alguna vez en su vida.  De esta forma vemos también que los valores no necesariamente tienen que producir sensaciones de agrado.  Pueden ser dolores profundos que han impactado y cambiado la vida.  Los valores no se fabrican sino se descubren y nos atraen, nos invitan a vivir de determinada manera.  Y sabemos que son buenos, racionalmente, para nosotros, aunque signifiquen algún tipo de sufrimiento, como cuando un alcohólico deja el alcohol con tanto sacrificio, porque sabe que es un problema de salud y vida, para él y su familia.

Todo esto es muy importante y creo que es la clave para actuar por convicción; es lo que me da un norte, me invita a ser y vivir de determinada manera, haciendo más viable el encontrar el sentido en mi vida. 

Vivir conectados con lo valioso, movernos intencionalmente hacia aquello que consideramos un bien y dejando atrás todo lo que no es nuestro, que no nos pertenece sino pertenece a otros, es vivir de manera auténtica. 

Cuando somos capaces de valorar desde lo sensible, hasta lo espiritual, podemos actuar por convicción personal y de manera coherente.  Es diferente dar las gracias a sentirse agradecido, realmente desde el interior.  Es diferente decir «te perdono» a perdonar realmente desde la compasión por el otro.  Y no existe un poder motivador mas grande, que el buscar eso que le da sentido a mi vida.

Es por esto que las charlas sobre valores no se convertirán en hechos reales hasta que cada persona, única e irrepetible, los conecte realmente y los haga parte de su ser.  Hasta entonces, serán tan solo enseñanzas intelectuales, que quedan como otra más de tantas, pero que no hacen verdadera diferencia en el comportamiento de las personas. 

El actuar conociendo nuestros valores personales, nos alivia las dudas que nos surgen al no saber si estamos tomando la decisión correcta de acuerdo con nuestro sentido de vida; la mejor decisión entre muchas aunque varias sean correctas.  Pero actuar de acuerdo con lo propio es diferente a tomar decisiones de acuerdo con lo que los demás nos sugieren, lo que se usa, lo que importa a mi familia o amigos, etc…

Te invito hoy a reflexionar sobre tus valores, en todas las «categorías», pues son el motor de la vida.  Te propongo que te conozcas mejor para tomar decisiones personales valiosas, acordes con tu sentido de vida.  Actualízalos, lo que valoramos cambia de acuerdo con nuestras vivencias.  Por supuesto que los valores superiores, espirituales, morales y éticos, permanecen en el tiempo y son como nuestro esqueleto, pero los vitales, sensibles, estéticos, intelectuales, pueden trabajarse, promoverse, cambiarse.  Y llegar a una red de valores horizontales, donde si alguno se pierde, quedan otros que nos ayudan a salir adelante, a encontrar el sentido de vida que nos da las fuerzas para continuar viviendo a pesar de todo.

  • Valores sensibles:  Puedes revisar qué te produce gozo, placer.  Que te agrada/desagrada (comida, vestido, experiencias sensibles, sexo, etc…)
  • Valores vitales:  Acá, todo lo que te produce bienestar, salud, ejercicio, productividad, calidad de vida, bienes económicos, por ejemplo tener una casa grande y linda o cómoda y práctica, etc…
  • Valores estéticos:  Generan armonía, orden, belleza como arte, literatura, poesía, naturaleza, jardinería…
  • Valores intelectuales: Búsqueda de la sabiduría, todo lo que quieres aprender, descubrir, investigar.  O tal vez no te interesa nada de esto, y puedes empezar a trabajarlo paso a paso para ir robusteciendo estos valores.
  • Valores éticos y morales:  Referidos al bien obrar del ser humano libre, que nos hace mejores personas.  Actuar con justicia y honestidad, expresarnos de forma sincera y transparente, etc…
  • Valores espirituales y sagrados:  La forma en que trascendemos y dejamos huella en el mundo y también como conectamos con lo mas sagrado y absoluto, Dios, Universo, la vida misma.

Vamos a hablar estas cuatro semanas sobre los valores y la conexión que logramos para poder actuar y vivir de manera que se desvele el sentido en nuestras vidas.

Emily Atallah

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