Te estarás preguntando si tal vez me enloquecí. ¿Al final no tendemos todos a ser mejores? ¿Por qué querer ocultar la perfección?
Bueno pues a lo que me refiero es a dejar de vivir la vida que los demás quieren que vivamos y empezar a hacernos dueños de nuestra historia, de nuestras decisiones, de nuestros sueños.
Y aquí hay unos tips que nos pueden ayudar a encontrar el camino a la amorosa aceptación personal:
La imperfección no tiene que ver con no querer ser mejores cada día sino con ser auténticos, conocernos en lo bueno y en lo malo y tomar las decisiones correctas cada día para mostrar nuestra faceta real, hacer la elección de ser honestos y dejar que nuestro verdadero yo sea visto. Es dejar ir lo que pensamos que debemos ser y abrazar a quienes realmente somos.
Cultivar el amor propio y la aceptación personal no es opcional.