Cómo el amor propio nos puede ayudar a sacar adelante nuestros proyectos aún si los vemos muy difíciles o imposibles…
No sé si ésta reflexión parezca un poco loca pero aquí la traigo para los que les resuene y quieran profundizarla un poco más…. Si me escriben y complementan, les aseguro que seré feliz.
Creo que por estar mirando siempre a los demás hemos ido perdiendo ese contacto con nosotros mismos, con nuestro ser interior. Tenemos tanta disponibilidad de ver las vidas de otros hoy en día, que vamos armando nuestra identidad como una colcha de retazos, tomando lo que vemos atractivo de un lado y otro. Pero a veces nos confundimos y nos perdemos y llega un momento en el que no sabemos en realidad quienes somos.
Siempre queremos pertenecer y hacemos lo que sea por encajar con un costo muy alto y es abandonar lo que nos hace únicos y especiales. Y la realidad es que ¿para qué queremos encajar cuando estamos llamados a sobresalir?
Puede interesarte leer ¿Por qué nos comparamos con los demás?
Y nos quedamos instalados en la zona de confort que es ese espacio de vida donde, aunque no estemos bien, estamos en lo conocido, es decir, la rutina que aparentemente funciona, que nos mantiene estables y sin sobresaltos. Incluso, nos quedamos en ambientes dañinos, relaciones tóxicas, estados de sufrimiento que por ser conocidos nos producen menos temor que el aventurarnos a hacer algo diferente.
Tampoco avanzamos, sino que nos vamos sumiendo en una vida vacía, sin retos personales, sin dirección. Hacemos lo que toca, lo que se espera pero no lo que realmente queremos, lo que es valioso y nos atrae personalmente.
Para no caer en esto, es necesario estar revisándonos periódicamente. El autoconocimiento es una tarea permanente de consciencia, de revisarnos y volver a reorganizar nuestros objetivos y metas para que estén alineados con nuestros valores ya que estamos cambiando todo el tiempo. Y ante todo es la mayor muestra de amor propio, pues no podemos amar lo que no conocemos.
A medida que nos damos el espacio para vernos, conocernos y querernos, vamos transformando nuestra forma de ser y de pensar; nos alimentamos con las interacciones diarias y con los retos que se nos presentan; cambia lo que es importante para nosotros dependiendo de nuestras necesidades y estado de vida. Todo es importante, porque se trata de nuestra propia experiencia vital.
En un ambiente de silencio exterior pero ante todo interior, de meditación y reflexión permanente, logramos saber realmente quiénes somos y cuál es nuestro lugar en el universo.
El estar evaluándonos constantemente, estar moldeando y afirmando nuestra personalidad, refrescando nuestros gustos, reformulando nuestro proyecto de vida en cada área, hace que tengamos un contacto constante con quienes somos, quienes queremos ser, en que lugar nos encontramos en estos momentos y qué pasos nos faltan para llegar allá.
Y resulta que ese auto conocimiento y ese saber lo que queremos y para donde vamos, nos ayuda a vivir una vida coherente y con convicciones fuertes. Nos ayuda a a tener un norte claro y a escuchar nuestra intuición para no desviarnos del camino.
Podría interesarte Lo valioso en mí y mas allá de mi mismo. El amor propio.
Eso es lo que nos motiva a emprender proyectos de vida nuevos que sean nuestros, y que los impulsemos y saquemos adelante a pesar de las dificultades que se puedan presentar y no desmayar en el intento.
Así vamos encontrando nuestra misión a medida que vamos por el camino de la vida. Y el motor que nos impulsa a seguir es el amor, entendido como apertura de mente y de corazón, para ver todas nuestras posibilidades como seres humanos.
Y para sobresalir, sería bueno dejar de querer ser «normales» y redefinir todos esos términos que se nos han impuesto desde la cultura, la educación, la tradición, la religión. ¿Qué es ser normal en realidad? ¿Qué es lo que define que seamos exitosos? ¿De acuerdo con quién somos sobresalientes? ¿Cómo deberíamos comportarnos o qué deberíamos tener?
La invitación hoy es re- pensar en dónde estamos y qué es lo que en realidad queremos personalmente. Si ese camino que hemos elegido va de acuerdo con nuestros sueños, con lo que somos y con lo que queremos ser. La vida es personal así que cada uno la vive libremente. Eso sí, respondemos por lo hecho y lo dejado de hacer…
Con cariño, Emily