Dentro de nuestra revisión del año, quise incluir el tema de los imprevistos, que hicimos con lo que nos pasó. Todos experimentamos dificultades a lo largo del camino que ponen nuestros planes en pausa o que los interrumpen/rompen del todo. Muchas veces esos propósitos que hicimos al inicio del año, con mucha ilusión y dedicación se vieron truncados poco después cuando la enfermedad, la muerte, la quiebra, la ruptura llego a nuestra vida desbaratándolo todo. Y así nuestras expectativas se convirtieron en una realidad totalmente diferente.
Algunos lograron salir adelante, reajustando las cosas pero otros no supieron qué hacer con tanto y quedaron sobrepasados por las circunstancias.
Te puede interesar leer: Resignificando las dificultades
Estamos terminando el año y es un buen momento para hacer una revisión y tratar de no quedarnos estancados en nuestras emociones, alimentando un ánimo derrotista, sino intentar trabajar en nuestro interior para lograr ver posibilidades, aprendizajes, nuevas oportunidades que nos ayuden a empezar un nuevo año con ánimos renovados.
Te puede interesar leer: Ante el sufrimiento, vivir una vida intencional
Somos dueños de nuestra vida y tenemos la libertad de elegir qué hacemos con lo que nos pasa; y aunque al principio una situacion puede ser una carga muy pesada, poco a poco, podemos decidir qué hacer con ella, si continuar cargandola sobre nuestras espaldas o ir soltandola poco a poco e ir aprovechando las enseñanzas que nos aporta.
Algunas herramientas que nos pueden ayudar a aprovechar mejor los sufrimientos inevitables son:
Flexibilidad: En todo, porque cuando nos aferramos a una idea fija de cómo deben ser las cosas, pues es mas difícil adaptarnos cuando llega una dificultad inevitable. Definitivamente tendemos a ser muy perfeccionistas y controladores. Nos hacemos una pelicula de como deberian ser las cosas y como deberian comportarse las personas. cuando esto no sucede, se desbaratan nuestros planes y muchas veces no somos capaces de construir nuevamente a partir de lo que queda. Hata que todo se vuelve polvo y hay que empezar de cero nuevamente. Lo cuál no es necesariamente malo, pero si es mas dificil. Entonces si somos mas maleables, y estamos cosncientes que las cosas no son blanco o negro, que los planes se modifican o se desbaratan,
Paciencia: Muchas veces pensamos que «tenemos que» adaptarnos rápidamente, ser fuertes ante una pérdida, demostrar resiliencia (palabra de moda y que a veces se convierte en mayor presión), etc… y no nos damos el espacio de llorar, sufrir, pasar por un duelo, abrazar y aceptar. Cuando nos encontramos con un sufrimiento inevitable que nos rompe afectivamente, necesitamos darnos espacio, retirarnos para recoger nuestros pedazos emocionales con paciencia. Darnos un tiempo a solas, en silencio, para abrazar nuestra tristeza, nuestra rabia, la frustración, la soledad, el abandono y darle espacio al duelo de la pérdida (de la salud, de un ser querido que muere, de un trabajo, del bienestar económico etc). Si no nos encontramos con la «noche oscura de nuestra alma» será mas dificil ver la luz verdadera que ilumine nuestro camino en adelante. Entonces tenernos paciencia es clave, por un tiempo, para luego poder retomar las riendas de nuestra vida y tomar decisiones con sentido.
Aceptación: Aceptar significa el interiorizar que la situacion por la que atravesamos y darnos cuenta que estamos en shock ante lo sucedido, ante el cambio de planes; que estamos revolcados por un enredo de emociones y sentimientos. Hay algo que está sucediendo, -aunque no nos guste-, y todo se viene abajo. Aceptar no es resignarse sino es el primer paso para poder recoger y tomar decisiones para actuar. Aceptar es ponerse en marcha, ver la realidad tal cual es y empezar a tomar las riendas de nuestros sentimientos, de lo que queremos hacer ahora, del nuevo camino que se abre (aunque se vea difícil), de las decisiones que siguen y elegir, qué queremos hacer con lo que nos está pasando. Recordemos que aunque no aceptemos y nos quedemos en la negacion de los hechos, nos dediquemos a culpar a otros o al universo, igual la realidad es la que es, y ese no hacer nada tambien es una elección propia con la cual tendremos que vivir después. De cada uno depende qué camino tomar.
Te puede interesar leer: Aceptando una vida llena de tropiezos
Acción: Aquí es donde empieza a ocurrir la magia. Luego del impacto inicial, si hemos decidido afrontar la realidad y con flexibilidad dar un giro a nuestro destino, podremos empezar a tomar decisiones que nos lleven al aprendizaje, al desarrollo personal y a encontrarle el sentido a la situación. Lograremos ver un para qué que nos ayude a hacer mas llevadero el sufrimiento o a solucionar nuestros problemas con proactividad.
Te invito entonces a revisar tus sentimientos en un clima de recogimiento, reflexión y silencio. A no tratar de eliminar el malestar, sino intentar sentirlo y preguntarte, qué es lo que viene a decirte, a enseñarte o a mostrarte. Contacta con tu intuición y no trates de dar gusto a todo el mundo sino haz lo que creas que te servirá más para lograr salir adelante y a pesar de todo, encontrarle el sentido a lo que estás viviendo en estos momentos.
Un abrazo para ti, con cariño, Emily