Saltar al contenido

Todo encuentro es especial… aunque sea de un segundo de duración.

«Un amigo puede estar esperando tras la cara de un extraño».  Maya Angelou

Siempre he pensado que nacemos en el seno de una cierta familia, crecemos rodeados de un cierto grupo de personas, vivimos en un país determinado y la vida nos va llevando por caminos y lugares que nos ayudan a crecer y evolucionar para ir logrando la mejor versión de nosotros mismos.  Y cada encuentro con otro ser humano es especial, si lo miramos desde el plano trascendente.  Un encuentro de espíritus que pueden cambiar la vida de alguno.

8241636_sPor eso es tan importante lo que decimos, lo que hacemos y la actitud que tenemos ante la vida y ante los demás.

¿Cuántas veces escuchamos que una sola palabra cambia el destino de alguien? Un consejo dado en un momento de tribulación puede devolver las ganas por vivir a alguien que no veía sentido en su vida.

Los vínculos se construyen con el tiempo, la perseverancia es clave y no es de semanas ni meses, sino de años de compartir vivencias, pero ¿cómo saber si tras un simple saludo puede estar una persona que se convertirá en el amor de la vida? o ¿en un amigo especial?

Aunque somos seres únicos, completos, no podemos vivir sin el otro.  El otro es nuestro espejo, nuestro apoyo.  La comunidad de seres humanos es la que nos lleva a ser empáticos, tolerantes y compasivos.  En soledad crecemos como salvajes.  Es cierto que son necesarios los espacios en soledad para si mismo, pero también es cierto que el ser humano necesita compartir con el otro.

Y de ahí la importancia de los vínculos para encontrar sentido en la vida.  Es en dar a otros y al mundo lo mejor de sí mismo, amar a otro, amar una causa y también recibir del mundo y de los demás lo que nos lleva a saborear la vida, encontrarle el “gustico” a vivir.

IMG_2765 2Y por eso es tan peligroso el pensar que estar conectados con otros a través de la tecnología es suficiente para crear vínculos.  Estos no se crean a partir de conexiones de internet, de compartir historias o memes, de exponer nuestra vida ante los demás.  Esas son conexiones superficiales.  Necesitamos de la conversación cara a cara, del leguaje verbal y no verbal, escuchar al otro, su pensamiento, su tono de voz, su postura corporal.  Eso no es posible a través de mensajes escuetos de WhatsApp o fotografías en Instagram.

Yo personalmente soy una fanática de la tecnología, me encanta la velocidad a la que nos movemos, todo lo que sabemos, las noticias del mundo entero que nos llegan en un segundo, inclusive las comunicaciones instantáneas que logramos con los mensajes.  Pero, creo que hay que aprender a manejar esa tecnología, dosificarla y  entenderla. Saber que nada reemplaza el encuentro presencial.  Que lo que se muestra a través de una cuenta de Facebook puede no ser la realidad, que nos encontramos tras una pantalla y que el vínculo personal no se puede profundizar a través de las redes sociales.

No podemos encontrar vínculos fuertes en paginas de citas por internet. Podría ser una primera aproximación es cierto, pero si queremos conocer a otro ser humano necesitamos conocerlo en toda su complejidad.  La tecnología nos muestra solo una dimensión de cada persona, lo que ella nos quiere mostrar.  Pero somos seres biológicos, psicológicos y espirituales.   Y para vernos realmente y conocernos tenemos que tener el sujeto completo enfrente, no sólo la imagen que desea proyectar.  Tenemos que verlo reaccionar, expresar sus emociones y sentimientos, valorar sus opiniones.

Hoy quiero invitarlos a darse la oportunidad de tener encuentros reales con las personas, a tomarse un café en compañía de alguien, a conocer a alguien sin tener expectativas, siendo auténticos y reales… a ver que sucede.  Tal vez, encontremos relaciones de amor o amistad valiosas y duraderas.

cropped-45.jpg

A %d blogueros les gusta esto: