Re significando las fiestas
Y llegó diciembre!! celebramos las fiestas más importantes en casi todas las religiones. Y con tantas celebraciones vienen los gastos, los regalos, la comida, la bebida y también el recordar a nuestros seres queridos, juntarnos con familia y amigos y cada vez más…se complica el mes.
Se hacen despedidas de año en las empresas y un sinnúmero de compromisos que debemos atender en detrimento de nuestro tiempo, tranquilidad y finanzas.
¿Cómo hemos llegado a todo esto?¿Cuándo perdimos el verdadero significado de las fiestas y lo convertimos en un mercantilismo sin control?
Tampoco se trata de criticar radicalmente. Tenemos más de lo que necesitamos, es verdad, por lo que creo que se hace necesario tener un nuevo pensamiento al regalar y celebrar. Perdemos mucho tiempo, energía y estrés en la compra de regalos «aceptables» para los demás, llegando a endeudarnos no solo con los regalos sino con los viajes y las atenciones para tener que pasar el siguiente año trabajando para pagar las tarjetas de crédito. ¿Tiene esto algún sentido?
Hoy en día muchas personas confunden el verdadero sentido de las fiestas y no saben en realidad qué se celebra, aunque sí se reúnen con familia y amigos alrededor de la mesa y comparten el pan.
No estoy proponiendo dejar de dar regalos ni de tener celebraciones en familia, sino pensar más en las necesidades que en los deseos. Hacia el años 1800, siglo XVII, se usaba en la época de fiestas, dar alimentos a las personas necesitadas. Es una época invernal y por lo general los pobres sufren más las inclemencias del tiempo y el hambre. Hacia 1850 los regalos se fueron volviendo hacia el interior de las familias y para 1890 empezaron las filas de niños llevando sus cartas a Santa Claus, quien en realidad había sido un monje preocupado por las necesidades de los más pobres.

«Regalar pensando en la necesidad y no en el deseo…»
Lo importante es qué re signifiquemos esta época y pensemos en hacerla valiosa para nuestros hijos, familia y amigos. La intención y el hacer conciencia de lo que es verdaderamente importante es el meollo del asunto.
No hay necesidad de regalar si no se tienen los medios y no es cuestión de quedar bien o dar el mejor regalo. Muchas veces entre las montañas de cosas lo que más divierte es el empaque. Expresemos nuestro amor y cariño más con gestos que con cosas que llenarán cajones y pensemos en quienes realmente necesitan que compartamos lo que tenemos. No nos dejemos llevar por las campañas publicitarias, la moda, los descuentos y el qué dirán. Lo importante es lo que verdaderamente hay en el corazón.

Algunos tips:
- Podemos rediseñar las expectativas, sin prometer un catálogo entero, sino limitando la cantidad de regalos y dándoles algún significado (algo que queremos, algo que necesitamos, alguna experiencia diferente)
- Podemos limitar el numero de eventos a los que asistimos y cambiarlos por algún gesto de solidaridad con quienes lo necesitan. Menos fiestas y más jornadas de ayuda.
- Podemos hacer una donación en algún organismo a nombre de nuestros seres queridos y darle así sentido al gastoPodemos optar por regalos que no llenen closets ni cajones y centrarnos en las tradiciones que llenan el alma y nos llevan a crecer como personas. Enseñar la espiritualidad propia a los hijos, le da un sentido a la celebración.
- Podemos visitar enfermos en los hospitales, personas de larga estadía que son las que mas solas se quedan en esta época, pues sus familiares deben atender muchas reuniones.

Emily me encanto lo de resigníficar la Navidad..voy a tratar de hacerlo..
Gracias
Que. Bien Rosari, volver siempre a la esencia, a lo importante y valioso para nosotros siempre nos ayudará a encontrar el sentido en la vida.
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