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Propósitos de nuevo año

Me encantan las listas! Me ayudan a organizar mis pensamientos y tener una visión ordenada de lo que debo hacer, lo que quiero, para donde voy, lo que quiero dejar atrás etc…

Que mejor día que el ultimo día del año para hacer un listado (o varios) de lo que dejamos y lo que nos proponemos. Si es simple es mejor.

Dejo atrás:

1. La vida complicada. Ese estar pensando por los demás, poniendo palabras e intenciones que en realidad los otros ni siquiera han considerado. Me amarga a mi y no me deja ver lo bueno de los demás.

2. El perfeccionismo. Esa es una armadura detrás de la cual escondemos nuestra vulnerabilidad. No queremos que nadie vea que cometemos errores, que fallamos a veces. Pero ser perfectos es imposible y cansa demasiado. Lo mejor es hacer las cosas con amor y honestidad poniendo lo mejor y aprendiendo de los fallos.

3. Vivir por los demás. Hacer las cosas porque esos es lo que “se espera de nosotros” es estar viviendo las vidas de otros y no la propia. ¿Que espero yo de mi? Que quiero para mi vida? ¿Cuáles son mis metas y propósitos? Muchas veces no cumplimos con los parámetros sociales y eso nos hace sentir fuera de lugar, pero la pregunta sería ¿Cuál es mi lugar y donde quiero estar?

Me propongo:

1. Mayor conexión. Conectarme con las personas, la naturaleza, mis emociones, mi cuerpo. En lugar de suponer lo que los demás piensan debo preguntar, hablar claramente, expresar mis sentimientos. Conectarme con lo que siento es saber lo que quiero…. y lo que no.

2. Reconocerme vulnerable y perdonarme. No siempre puedo hacerlo todo bien, pero siempre puedo aprender y mejorar. De aquí parte el coraje y la valentía. No podemos avanzar si no reconocemos nuestra debilidad. La máxima de Sócrates “sólo sé que nada sé” nos indica que de la humildad nace el conocimiento. Solo quien se sabe ignorante buscará mejorar, aprender, ser curioso, preguntar. El perfecto no tiene ya nada que hacer y se dormirá en sus laureles.

3. Elegir ser el dueño de mi existencia. Siempre tenemos elección. Aunque hayamos heredado de nuestros padres, crecido en una cierta cultura y hayamos estados rodeados de un determinado ambiente, podemos elegir que hacemos con eso. Creo que para el próximo año, no se valen las excusas y elijo vivir una vida propia amorosa y llena de sentido.

Los invito a regalarse unos momentos y repasar su vida, construir su presente y planear su futuro. Para las metas concretas, menos existenciales y más prácticas, poner fechas y tareas concretas nos ayudará a ver resultados más rápido. Recordemos que una gran meta dividida en objetivos más pequeños se va cumpliendo, en cambio si la dejamos demasiado abierta, parecerá imposible y la dejaremos de lado.

Les deseo un buen cierre de ciclo, abrazando y aceptando el 2018 y un 2019 lleno de sonrisas, esperanzas, ideas creativas y momentos significativos. Que cada encuentro sea especial y aprendamos cada día del nuevo año.

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