Cuando hablamos de encontrar el propósito nos imaginamos un lema que diga exactamente cuál es nuestra misión en la vida. Muchos nos quedamos pensando y es como cuando el computador se queda pensando… da vueltas y vueltas y no vuelve a conectar. Creo que nos pasa cuando pensamos en grande, cuando queremos tener la vida resuelta y cuando creemos que si no tenemos un propósito especial, una pasión a la cual dedicarnos, nuestra vida carece de sentido.
Es un mundo que nos exige competencias, conocimientos, pasiones, productividad, y no nos deja espacio para el cuidado personal, el ocio, el entretenimiento, el silencio y la reflexión.
Pero la vida es larga y corta a la vez. Por más que queramos sacarle todo el provecho posible, muchas veces nos encontramos vacíos. Hacemos y hacemos y al final no sabemos exactamente para qué. Porque tal vez nos enfocamos en el aprovechamiento del tiempo pero se nos olvida la conexión profunda que no tiene tiempo. Nos enfocamos en llenar espacios pero nos olvidamos de los vínculos significativos que no tienen espacio.
Así que para encontrar el propósito creo que es importante llenar nuestras agendas no solo con actividades, reuniones, proyectos de trabajo y cosas por lograr sino creo que las debemos llenar con espacios de cuidado personal, de reflexión, de silencio, de conexión con lo trascendente. Si desde el inicio tenemos los días llenos las 16-18 horas, y el resto dormimos, ¿cuándo vamos a crecer como personas integrales? Me parece que la clave podría estar en no dejar que la vida se nos pase por encima, y ser intencionales en la forma en que invertimos nuestro tiempo, de tal manera que incluyamos todo lo que sea valioso e importante para nosotros de manera intencional.
A mi personalmente me gusta tener visualizado mi año, y es muy importante llevar una agenda para planear, sin que signifique una camisa de fuerza. Creo que es clave también la flexibilidad y la adaptación a las diferentes circunstancias que se nos presentan. Pero poder vernos dentro de un plan de vida que incluya las diferentes áreas a las que queremos dar espacio es importante para que los objetivos no se queden en febrero, sino que trabajemos en pos de una meta clara, paso a paso y veamos los resultados al final.
Primero que todo es importante tener momentos de reflexion en silencio y pensar en qué áreas de la vida queremos trabajar este año:
Personal: Para mi, es un área muy importante, pues tenemos que estar bien para poder entregar al mundo lo mejor de nosotros mismos y alcanzar cualquier objetivo que nos propongamos. Hemos sido acostumbrados a servir, y muchas veces se ve como egoísmo el cuidado personal y lo dejamos de lado. Nos da pena decir que nos dedicamos tiempo, que vamos a un spa, que nos divertimos con las amigas, que nos damos una tarde libre o unas vacaciones… pero no nos da pena decir que trabajamos 16+ horas diarias; sobre eso alardeamos.
En lo físico, qué quiero lograr con respecto a la alimentación, ejercicio, salud. Cosas concretas, medibles y realizables. Si nunca he hecho ejercicio, sería muy irreal poner dos horas diarias como meta y muy seguramente al mes estaría cansada. Pero si pongo caminar 30 minutos diarios, o entrenar dos veces por semana etc… voy a tener recompensas por lograrlo y voy a poder mejorar mis objetivos con el tiempo.
Tambien es importante planear mi relación con la naturaleza y el mundo en el que vivo, cómo contribuyo a dejar un planeta mejor, de manera concreta, con nuevas formas de reciclaje, sembrando un árbol o varios, utilizando menos el carro, etc… En mi parte intelectual programar el tiempo de estudio, lectura, intereses generales, arte, todo lo que se refiere a la busqueda de la sabiduría.
Laboral: Esta es el área en el que más planeamos. Nuestras agendas normalmente se refieren a nuestra productividad y economía, así que no me extenderé en ella demasiado. Lo importante como siempre es que sean objetivos claros, alcanzables. Que no sean ideales únicamente sino que los podamos concretar. Nuevos proyectos, metas, capacitaciones… ante todo, cómo entrego lo que es original y único en mí. Cómo voy a poner mi pasión en lo que hago y cómo logro ver el cambio o la ayuda que genera esa labor aparentemente simple al todo de la humanidad.
Social: Ésta es un área muy importante. Somos seres sociales, nos gusta estar con otros y lo necesitamos. Pero también es un área que nos desvía de nuestros objetivos y nos hace perder el tiempo, porque siempre estamos ávidos de la aprobación de los demás, nos comparamos continuamente y estamos en una carrera de competencias. Dedicar tiempo a nuestras amistades reales, con llamadas y muestras de cariño es importante. El resto, hay que discernir si es necesario u obedece a mi ego, a mis deseos de mostrar y aparentar o de conseguir algo. Es un área en la que debemos ser especialmente intencionales y conscientes para no caer en la reunionitis, ni en el miedo a perdernos de algo y asistir a todo aunque no tengamos ningún interés en ello. En esta parte entra nuestra relación con las redes sociales y con nuestro celular. Que sean medios para nuestros objetivos pero que no se conviertan en extensiones de nuestro ser.
Espiritual: Búsqueda de lo sagrado, del Absoluto. Valores religiosos, trascendencia, dejar huella en los demás ayudando al que lo necesita, vivir una vida significativa. Contacto con la naturaleza, meditación, oración. Cómo me conecto con Dios, con el universo y la vida. Hay que tener un plan en ésta área para que no se deje al azar, al tiempo libre, sino que sea primordial en nuestro día. Muchas veces vemos como dejamos lo espiritual de últimos y no nos alcanza el tiempo, cuando debería ser lo primero, pues de ahí es que sale lo demás. A partir de lo espiritual, creamos nuestra realidad, organizamos nuestras prioridades, nos entregamos mejor a las causas que abrazamos y vemos la vida con una perspectiva de eternidad.
Te invito a revisar las áreas de tu vida y a incluirlas en tu agenda, con horarios, paso a paso. Que lo laboral no te sobrepase, que puedas dedicar tiempo a otras cosas importantes y puedas vivir una vida plena, llena de momentos significativos.
Emily Atallah