
Wake Forest, NC
Me encuentro dejando a mi hijo en la universidad. Los sentimientos son encontrados; me siento orgullosa de dejar un joven lleno de expectativas y sueños por cumplir, una persona que quiere ser parte de este complejo mundo y ante todo un buen ser humano, con defectos y cualidades, que comete errores, se cae y se levanta mejor y más fortalecido.
También siento tristeza por una separación que en todo caso debe darse y es natural, pues como lo hemos escuchado miles de veces… “los hijos son prestados”. Son seres humanos únicos e irrepetibles y con una misión especial en su paso por la vida. No es nuestra misión sino la suya. Es su vida la que tienen que vivir, no la nuestra. ¡Pero me va a hacer falta su presencia en casa!.
Hace varios años, se era adulto a los doce años. Los hijos a esa edad debían empezar a producir, ayudar económicamente en el hogar y colaborar con las labores del campo y de la casa. A los 16 o 18 ya tenían una familia y eran responsables por ella, nadie decía que eran muy jóvenes para la responsabilidad. Con el tiempo, los años de educación y el acceso a ella nos han llevado a tener hijos mayores de edad para votar, manejar un carro y beber licor pero con apenas alguna responsabilidad, si acaso en sus estudios, de los cuales también varios padres se hacen cargo al hacerles las vueltas de la universidad, llevarlos o ponerles un «chofer» para su transporte, hablar con los profesores cuando encuentran alguna dificultad etc…
Me he encontrado con personas que me miran raro cuando les digo que he mandado a mis hijos a estudiar afuera, no porque crea que nuestras universidades no son buenas, de hecho pienso que son excelentes, sino por el hecho de despegarlos de las comodidades caseras y “obligarlos” a hacerse cargo de sus vidas, en lo cotidiano. Cuando están en casa, ¿quién resiste la tentación de consentirlos? Estando fuera deben trabajar para lo del día a día, encargarse de mantener su cuarto en orden, su ropa limpia, alimentarse correctamente y estar sanos. Y por supuesto sacar las mejores notas posibles pues es su propio futuro, no el mío, el que se están forjando. ¡La comodidad nos estanca, aunque tengamos miles de conocimientos!
Puede ser que crecer sea duro, pero vivir una vida responsable nos ayuda a conocernos mejor y encontrar lo que para cada uno de nosotros tiene sentido. Un ser humano a los 18 años es capaz de hacerlo. ¿Por qué creemos que nuestros hijos no son capaces? ¿No confiamos en el trabajo realizado? De seguro cada uno de nosotros ha hecho su mejor esfuerzo y nuestros hijos son excelentes personas, lo que no significa que no cometan errores. Pero de cada error se aprende, de cada fracaso se sale con mayor fuerza para afrontar el siguiente reto.
Si no se fracasa o si los padres siempre estan a cargo, no se crece, se acaban los retos y la vida se vuelve monótona, aburrida y predecible. Caemos en el vacío existencial.

Twelve Apostles, Australia
La invitación hoy es a reflexionar, pensar con qué herramientas hemos dotado a nuestros hijos. ¿Los hemos nutrido seguramente con mucho amor en la parte sentimental, física, intelectual, académica, espiritual? ¿hemos tenido la fortaleza de nutrir tambien su carácter y su voluntad o hemos cedido ante cualquier berrinche? ¿hemos dado lo MEJOR de nosotros al no hacer NADA por ellos en los momentos necesarios, para darles la oportunidad de crecer, resolver sus problemas, frustrarse un poquito y encontrar maneras creativas de salir adelante? ¿les hemos dado la OPORTUNIDAD de demostrar sus capacidades? o ¿los hemos tratado de ineptos al hacerles todo y entregarles todo resuelto y en la mano?
Bueno, volveré a mi casa, sin mi hijo, a seguir desarrollando la siguiente parte de mi vida, excitante y llena de expectativas. Ya no tendré que ejercer mis maestrías en chofer profesional, nutricionista, consejera, costurera y tantos otros que tenemos las mamás. Me dedicaré nuevamente a lo que más me gusta, dar charlas y hacer terapia de perdón, ejercer mi profesión de Coach logoterapéutico, ayudando a otros a encontrar el sentido en sus trabajos, familia y relaciones personales.
Un abrazo para todos y bienvenidos los comentarios.