Es curioso que muchas personas hoy en día parecen estar perdiendo la memoria a temprana edad. Hay un creciente temor por envejecer y cada vez más se cree que la pérdida de memoria se debe a una temprana demencia. Pero no siempre es así y después de unos exámenes de rigor donde se descartan problemas físicos, llegamos a la conclusión de que en el mundo hiperconectado en el que nos encontramos sufrimos de falta de relaciones y vínculos de calidad, de encuentros personales, conversaciones profundas y escucha activa por el otro. ¡Falta de atención!
La distracción es causa de infelicidad y falta de memoria. Basta con pensar cómo nos sentimos cuando requerimos atención por parte de alguien. Si vamos donde un amigo con un problema y confiamos en él, lo único que le estamos pidiendo es un poco de atención. Si esa persona nos interrumpe o nos da soluciones obvias y simples como por salir del paso, no nos sentimos mejor, salimos tristes. Pero si obtenemos el regalo de la entrega total y toda su atención, entonces nos sentimos amados y nos sentimos más capaces de afrontar el dolor y el sufrimiento por el que estamos pasando.
Aprender a poner atención es aprender a ser realmente humanos.

Photo by Daniel Fazio on Unsplash
La falta de atención nos está llevando a una falta de memoria, donde no nos acordamos de nombres, números telefónicos, información sencilla acerca del otro. Vemos las vidas privadas de todos a través de las redes sociales pero en realidad no nos conocemos.
Me pareció increíble hace un tiempo estando entre un grupo de amigas que se reunían asiduamente todas las semanas y compartían una mañana entera en un grupo de oración desde hacia varios años, que una de ellas saludó a otra y le preguntó por su nombre, disculpándose por su pésima memoria. Y la otra, indignada por esa falta de su “amiga de tantos años” le dijo el nombre y la llamó por otro nombre ¡que no le correspondía! ninguna de las dos conocía el nombre de la otra a pesar de que se veían todas las semanas y compartían un espacio importante para ambas.
Eso demuestra lo distraídos que estamos todo el tiempo, yendo a hacer lo nuestro sin interesarnos por los demás.
Cuando le ponemos atención a otro ser humano, le estamos diciendo de forma amorosa que nos importa.
Es por eso que es tan importante volver sencillamente a lo básico: Las relaciones humanas personales donde creamos vínculos que se convertirán en apoyo y ayuda mutua. Algo que no nos puede dar la tecnología pues necesitamos del contacto personal para lograrlo.
Algunos tips para mejorar la atención y…. la memoria:
1. Estar en el momento presente. Esto significa estar en lo que estamos, de cuerpo y de mente. No podemos saludar a alguien y estar pensando en su vestido, en la cita que tendremos mas adelante ni siquiera en lo que haremos de comer. Cuando saludamos a alguien escuchamos su nombre y lo repetimos mentalmente, de pronto mirando bien su rostro y así no lo olvidaremos fácilmente. Focalizarnos en una sola cosa de forma simple y sencilla. Dejando todo lo demás a un lado hasta terminar.
2. Hacer silencio. Acostumbrarnos a callar mientras el otro habla. Este callar es también mental. Si estamos pensando en otras cosas mientras alguien nos estácontando algo, o estamos realizando alguna tarea, no estaremos en ningún lado.
3. Mirar a los ojos. Mientras estamos en una conversación, debemos mirar a los ojos a nuestro interlocutor. Si estamos arreglando la cartera, mirando recibos o limpiando las motas de nuestro abrigo, no tendremos ni idea de que nos estaban hablando y nos perderemos además del lenguaje no verbal tan importante para dar contexto a las palabras. Y luego… no nos acordaremos de nada.
4. Hacer sólo una cosa a la vez. Se que esta de moda ser multitarea, pero esto solo logra un cerebro disperso y superficial. Nada queda bien hecho y no generaremos ninguna experiencia digna de recordación. Del afán no queda sino el cansancio. La calidad de cualquier cosa que haces depende del tipo de atención que le das.
Recuerda que poner atención a otra persona es la mejor forma de decirle: Aquí estoy para ti, porque me importas como ser humano. Y eso va en doble vía siempre.
La atención se vera reflejada en una mejor calidad de vida, relaciones significativas, armonía y paz interior.