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En Villa de Leyva, Colombia

Hoy estaba pensando en qué afortunada soy al tener la oportunidad de conocer tantas personas durante mi vida.  Hace años no me daba cuenta de que cada encuentro era tan especial.  

Creo que después de tantos años de búsqueda de saber qué es lo importante para mi, de introspección para conocerme y valorarme, de tomar la decisión de vivir la vida y no dejar que ella pase sin ser degustada despacio; de no permitir que otros y que el mundo decida por mi, he llegado no sólo a conectarme conmigo misma sino he logrado vínculos valiosos con los demás.

Especialmente estaba reflexionando sobre la grandeza de cada alma y su unicidad.  Cada ser humano es irrepetible, tiene talentos especiales, tiene una alegría y una luz especial que lo hacen único.  Y también tiene fallos y debilidades que lo ayudan a descubrir su habilidad para crecer y ser cada vez mejor.  

Conectar de corazón a corazón es una de las mejores maneras de encontrar sentido en nuestra vida.  Recibir el cariño y la amistad de otros, entregarnos por los que más nos necesitan, ayudar y acompañar de forma simple y desinteresada, pedir ayuda y consejo.

Cada uno de nosotros es una colección de talentos, regalos, belleza.  Cada uno de nosotros es una especial  mezcla de retos, fortalezas y debilidades.  

Cada alma es única y ofrece al mundo lo que el mundo necesita de ella.  Fuimos creados para entregar a los demás nuestro carácter, nuestra personalidad, nuestra originalidad.  Nadie hace las cosas de la manera especial que cada uno de nosotros las hace y eso es ser auténticos.

Te invito a celebrarte hoy, porque eres especial.  Así te veo yo y quiero que sepas que cada encuentro para mí es único e irrepetible y que me siento afortunada de que me leas y sepas lo que siento.  Gracias!

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