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Una vida simple es una vida más significativa


Después de bajarle un poco el ritmo  a la vida, – aunque se que muchas personas sienten que esto es desperdiciar el escaso tiempo que tenemos -, y tratar de saborear y disfrutar al máximo cada cosa que hacemos siendo más eficientes y eficaces a la vez, quiero sugerir el vivir una vida mas simple.  

Tenemos distracciones por todos lados.  El mundo del consumismo nos llena de  información atractiva y nos bombardea con cosas todo el tiempo y nos es difícil concentrarnos en lo importante por estar pendientes de todo lo que nos gustaría alcanzar y tener.  Las vidas de los demás no habían sido nunca tan públicas y como queremos que todos vean nuestra mejor cara, son vidas felices y exitosas SIEMPRE!!

¿Es esto real?  la vida es un pasar de fiesta en fiesta, estrenando ropa, carro viajes y disfrutando absolutamente todo el tiempo?  Estar sonrientes, exhibir un cuerpo escultural y unos hijos perfectos y llenos de logros?

Aunque nos alegramos mucho de todos nuestros «amigos» que han logrado tantas cosas…. es irreal.  Al interior de los hogares se sufre, se pelea, se fracasa, se tienen problemas, se llora al mismo tiempo que se ríe, se soluciona, se habla, se apoya, se vuelve a empezar.

Pero la pregunta es: ¿En qué áreas de mi vida puedo simplificarme?  y la respuesta es: ¡En todas!

Simplificar la vida nos da libertad y alegría y nos lleva a centrarnos en lo esencial y realmente valioso para nosotros.  Y más allá de salir de las cosas del closet, los adornos de la casa, los libros, los utensilios de cocina, hay unas áreas que nos ayudan a llevar una vida más organizada y que entre más simples sean, mayor libertad de movimiento nos van a generar:

  1.  Identificar lo valioso para manejar adecuadamente el tiempo:  Lo importante es identificar lo que es verdaderamente valioso para nosotros y meterlo de primeras en nuestras agendas.  De otro modo, al llenar nuestras horas con actividades y reuniones de trabajo no quedará tiempo para nuestros hijos, familia, amigos cercanos, nuestro cuidado personal, espiritual, intelectual y físico y nuestras metas personales. Lo importante primero y luego el resto. Lo que al final no cabe, no era tan importante verdad?
  2. Nuestras convicciones nos ayudan a identificar lo importante de lo urgente.  Si nos conocemos y sabemos quienes somos será mas fácil para nosotros poner por delante nuestras prioridades y no andar como veletas siguiendo las modas y todo lo que las redes nos muestran como invitación.  Lo importante como una cita con nuestra pareja, un rato de soledad y meditación, jugar con los niños o leer el cuento antes de dormir, no hace ruido y por eso lo vamos dejando de lado.  En cambio lo urgente es demandante, las tareas de la oficina, la vida social incluso nuestros deseos compulsivos de comprar, tener/hacer cosas y sobresalir, todo eso, hace ruido y consume todo nuestro tiempo.
  3. El lenguaje que usamos nos ayuda a simplificarnos.  Esta es un área que no todos toman en cuenta pero que a mi modo de ver es esencial.  Nos hemos acostumbrado a desperdiciar nuestras charlas en cosas sin sentido. No me refiero a los encuentros con amigos que tanto bien nos hacen y nos llevan a vínculos significativos sino me refiero a esas conversaciones superfluas en la oficina que se dedican a  alabar sin sentido y a prometer por quedar bien.  Nos comprometemos todo el tiempo a hacer cosas que luego nada tenían que ver con nuestros objetivos y lo hacemos solo por quedar bien con los demás.  Así que hablemos claro y sin rodeos. Hagamos sólo lo que en realidad veamos que debemos hacer y no hagamos las cosas sin sentido ni propósito.

Una vida sencilla, sin querer tenerlo todo, hacerlo todo y conocerlo todo. Menos demandante económicamente, con objetivos claros. No es fácil ante tanta tentación, pero si lo logramos será increíblemente gratificante!

Te invito a revisar esas prioridades y hacer un propósito de año de ceñir tus actividades a tus objetivos y metas, alineados a tus convicciones personales.

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