Superando el deseo de postergar y entrando en estado de flow.
A todos nos pasa, tenemos una lista de cosas por hacer y se nos va el tiempo haciendo otras que no estaban ahí. Y ahora que trabajamos desde la casa, es más complicado, porque siempre hay algo que nos roba la atención de lo que tenemos que hacer. Siempre hay que limpiar, cocinar, ordenar, lavar y hasta que no veamos que todo brilla… ¿pero nunca brilla, no?
Ponemos excusas como, «lo haré después, hoy estoy muy ocupado», «tengo derecho a descansar un poco», «al final eso no es tan importante», todavía tengo tiempo», etc.… y terminamos haciéndolo cuando la entrega está encima y el tiempo se ha terminado.
¿Por qué tenemos tanta dificultad en hacer lo que debemos hacer?
¿Cuáles son las razones por las que procrastinamos?
¿Por qué es tan difícil empezar?
A pesar de que nos sentimos culpables… a pesar de que nos guste lo que hacemos… ¿Cuál es la excusa?
Otras veces por el contrario, logramos meternos de lleno en la tarea que estamos realizando. Nos concentramos a tal punto que dejamos de percibir el exterior, no escuchamos nada, inclusive es como si nos saliéramos de nosotros mismos para “ser uno” con lo que hacemos. El tiempo se detiene y pasan varias horas como si fueran tan sólo unos minutos, y todo fluye; hay inspiración y creatividad y la ejecución es perfecta.
Ese estado de flujo (flow) también conocido como «la zona» es el estado mental operativo en el cual una persona está completamente inmersa en la actividad que ejecuta. Se caracteriza por un sentimiento de enfocar la energía, de total implicación con la tarea, y de éxito en la realización de la actividad, y fue propuesto y estudiado por el psicólogo Mihály Csíkszentmihályi en 1975. Desde entonces ha sido estudiado por numerosas personas, entre ellos Steven Kotler quien es un experto en el tema y según sus estudios, si estamos en ese estado de foco somos 5 veces más productivos. Así que, es importante lograrlo. Cuando un deportista alcanza una medalla de oro, cuando nos sentimos enganchados en los que hacemos y nos olvidamos de comer o dormir, cuando el mundo no parece existir, es cuando lo hemos logrado. Y además, se siente bien, por supuesto. A todos nos ha pasado en algún momento que hemos estado en este estado de conciencia, lo que pasa es que hoy en día es mas difícil lograr el foco, por la moda de la multitarea.
Estamos viendo el celular todo el tiempo, leyendo las noticias, realizando nuestro trabajo, planeando lo que vamos a hacer de comer, atendiendo a los niños. Inclusive recuerdo cuando escribíamos a máquina, debíamos estar muy atentos pues si nos equivocábamos, probablemente tocaba repetir toda la página. Hoy en día, podemos borrar, así que, no nos concentramos porque no vemos la necesidad.
Y hacer muchas cosas a la vez es enemiga de la concentración. Entrar en estado de flow no es para gente rara, ni demasiado entrenada. Todos lo podemos lograr en nuestra cotidianidad. Para esto debemos tener en cuenta algunas cosas que nos pueden ayudar:
- Balance en el reto. Necesitamos que el reto no exceda demasiado nuestra experiencia pero que no sea demasiado aburrido tampoco.
Es un reto demasiado grande? A veces pensamos que la tarea nos excede, y como sabemos que nos va a consumir tanto tiempo, la excusa es ir dejando todo el resto al día, para luego dedicarnos de lleno a eso, pero es una ilusión, porque «todo» no va a estar al día nunca. Me estaba pasando justamente esto cuando decidí empezar a escribir un libro. Lo vi tan monumental, que cada vez que me sentaba a escribir, empezaba por hacer el trabajo del día primero, las publicaciones de la semana, escribir el blog, etc… y al final, se había terminado el día y no había escrito ni un párrafo.
- Dividir la gran tarea en partes mas pequeñas y ejecutables. En lugar de poner en la agenda: Escribir libro, debemos especificar en algo más concreto. Escribir 750 palabras cada día, por ejemplo.
- Priorizar la tarea frente a otras tareas cotidianas. Darle su propio espacio.
- Darle un tiempo determinado en el horario y cumplirlo
- Recordar que es mejor un poquito que ningún poquito.
- También puede pasar que la tarea es muy pequeña y no representa un reto para nosotros, así que la vamos dejando de lado porque pensamos que la haremos en cualquier momentico. Hagámosla más interesante, seamos creativos.
Los objetivos deben estar claros y ser acordes con nuestras habilidades y destrezas, representar un reto ni demasiado grande ni muy pequeño.
2. Superar mis miedos. Preguntarme si tal vez estoy actuando/paralizado por el miedo/ansiedad. ¿Qué es lo que me da temor? el compromiso de tiempo, el no hacerlo bien y quedar en ridículo, el dejar ver que no soy capaz. Es mas “seguro” no hacer nada, no nos exponemos, pero al final hay que hacerlo.
No actuar desde el miedo. El miedo es el estado en el que estamos pensando en los fracasos y dificultades del pasado y proyectando nuestro futuro desde ahí. Tal vez me quedé con la emoción de vergüenza, o de rechazo, de pérdida y la proyecto al futuro, conectando con lo que sentiré si no logro escribir el libro, o si nadie lee el libro por ejemplo.
Cuando actuamos en el presente, habiendo elaborado las pérdidas pasadas y entresacando las enseñanzas, los aprendizajes, entendiendo que al final lo pasado pasó y ya no se puede cambiar; cuando actuamos en el presente, sabiendo que el futuro es incierto, impredecible y no ha sucedido, puedo desligarme del miedo al fracaso y la pérdida, al ser insuficiente (que también tiene que ver con nuestro deseo de ser perfectos y de querer controlarlo todo) y logro moverme con seguridad y confianza que es lo que se quiere para poder focalizarse en la tarea y sacarla adelante.
3. Tener retroalimentación en cada paso: alguien que nos diga si está bien, si es arrogante, aburrido, le falta investigación. Encontrar alguien que nos ayude y sea nuestro compañero de camino ayuda bastante para avanzar fluidamente y no quedarnos estancados.
Ejercicio de respiración para concentrarse, dejar otras cosas y poder pensar, recuperarse. El Mindfulness, respiración (box breathing), meditar, ayuda a fluir. La concentración en la tarea es vital. No sirve el multitasking si se quiere lograr un estado de flow y hay que acallar la mente para lograrlo.
4. En silencio conectar con la tarea. Ver el para qué la estamos haciendo. Vamos a aprender algo, nos va a dar habilidades para algo, va a ser bueno para alguien, va a ayudar a cambiar en algo mi entorno, va a alegrarle el día a alguien. No conectamos con nada si no tenemos espacios de silencio exterior e interior.
5. ¿Lo que hago es lo realmente valioso para mi? se alinea con mis objetivos y metas de vida? me emociona, sé que es bueno para mí, me atrae, me invita a actuar de determinada manera (lo hago por convicción interior) y me veo a futuro en ello?
6. Creatividad. Hoy en día tendemos a especializarnos, así que es importante, salir de nuestro metro cuadrado y abrir la mente a otras cosas, para ampliar nuestros horizontes y lograr mayor creatividad. Eso nos hará fluir de mejor manera.
Puede que nos guste mucho la tarea, que la disfrutemos, pero debemos en todo caso encontrar la motivación interior para hacerlo. Sentir la urgencia de hacer la tarea.
Podemos comparar o preguntar, como lo haría fulanito de tal? cuando la tarea es poco interesante o motivante. Muchas veces inspirarnos con los expertos nos ayuda a querer alcanzar la meta.
Te invito a intentar alcanzar ese estado de flujo cada día aunque sea en una pequeña tarea.