Ésta semana he estado pensando mucho en mi forma de comunicarme, la forma cómo digo las cosas, cómo las reciben los demás y lo que todo esto significa.
Muchísimas veces lo que hago es reaccionar a lo que me dicen, y mi lenguaje verbal y corporal muestran la emoción primaria con la que expreso lo que siento de inmediato.
¿Que quiero decir con esto? que la mayoría de veces simplemente reacciono a algo y sin siquiera dar un segundo a escuchar y elaborar lo que me están diciendo ya estoy mostrando un impulso y hablo con un tono de voz muy fuerte, manoteo y doy la impresión de que estoy enojada cuando en realidad ni siquiera he pensado en lo que me dijeron. ¿Les ha pasado?
Esto es comunicarnos para responder y no para escuchar a quien está enfrente. Y esto no es una comunicación de doble vía sino de una sola. No hay una verdadera interacción entre dos personas sino que una habla y la otra reacciona, no responde. Y me pasa contantemente que soy mal interpretada por mi forma de reaccionar. Yo pienso una cosa pero muestro otra. Y se rompe la comunicación.
Cuando estamos con otra persona deben darse ciertas condiciones para que nuestra comunicación sea fluida, y creo que es importante hacer conciencia sobre esto para entender el porqué muchas veces no logramos entendernos unos a otros, pues como en mi caso, aunque no sea intencional, es bastante común el no sabernos comunicar.
Es importante:
Te invito hoy a revisar la forma en que te comunicas. ¿Sientes que todos están en tu contra? ¿Crees que siempre tienes la razón y los demás están equivocados? ¿No te encuentras a gusto hablando con algunas personas? Tal vez te pasa como a mí, y es necesario volver a encontrar nuestro centro, reflexionar, escuchar nuestra voz interior y conectarnos con nuestra intuición. Dar más para poder recibir de los demás. Siempre es un gran regalo lo que los demás nos aportan en las conversaciones así que… aprovechémoslo.