A veces llegan todos juntos, los problemas, en otras ocasiones no se dejan sentir. Creo que siempre están presentes en mayor o menor medida y algunos los resolvemos fácilmente sin mayor esfuerzo. Pero hay otros que requieren de nuestras habilidades e incluso muchas veces, ni siquiera podemos recurrir a ellas, pues son unos problemas verdaderamente gordos que al final no podemos solucionar.
Quisiéramos una vida sin problemas, tranquila, suave. Pero eso me hace pensar si la sal de la vida no serán precisamente las pequeñas vicisitudes que trae la cotidianidad. Unos días sin tener que resolver nada, está bien, pero siempre esa calma, esa falta de retos, esa cotidianidad tan aburrida….
La realidad es que no conozco a nadie que no tenga un repertorio que contar cada vez que nos encontramos. Hay problemas de todo tipo y ojalá solo existieran aquellos que no afectan a nuestros seres queridos, o de esos que se resuelven sin mayor “problema”.
Cuando tenemos compañía, es más fácil llevar las cargas que se nos presentan. Contar con alguien que vea desde afuera, que tenga “otros ojos”, hace que se aligere el peso que cargamos.Por lo general estamos solos. O decidimos estar solos. No nos sentimos cómodos contándole a otros nuestros problemas sin saber que ahí podría estar la solución.
Muchas veces simplemente huimos, dejamos así, sin resolver. Nos tapamos los ojos y damos la vuelta pensando que las cosas se solucionarán por si solas. Otras veces nos hundimos en una marea de pensamientos o lo que llamamos hiperreflexión. Le damos vueltas al asunto, no dormimos, lo repasamos una y otra vez tratando de hallar una solución cada vez mas esquiva. ¿No les ha pasado que entre más desean algo parece alejarse más? Pues le ponemos tanto empeño a encontrar la solución que nuestros ojos no ven lo obvio, lo que está enfrente. No somos capaces de tomar decisiones y nos sentimos derrotados.
Lo cierto es que la vida se encarga de llamarnos la atención para que no huyamos ni nos hundamos sino que hagamos frente a los retos que nos pone. Al final todo se trata de aprender y evolucionar. Ver que en cada problema se encuentra una oportunidad de hacer un alto, aprender algo nuevo (aunque no se solucione el problema), y salir fortalecidos al ser capaces de ver la vida de otra manera.
Algunos tips para lograrlo:
Hoy te invito a abrazar tus problemas, a verlos como oportunidades (aunque sea difícil), a cambiar tu actitud ante ellos y lograr aprender algo nuevo.